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¿Profes tóxicos?

Sois varios los profesores los que me preguntáis , a través de emails, cómo poder desarrollar todo vuestro potencial en escuelas donde hay resistencias al cambio, o la dirección del centro no apoya la innovación, o son los propios compañeros los que no quieren salir de la zona de confort.

Aunque todos estos factores son trabas reales que frenan la creatividad del docente que está en proceso de expansión, no me parecen factores preocupantes. Creo que hay muchos y muy buenos docentes en todos los colegios. Algunos, aunque utilizan el “ método antiguo” consiguen tener a sus alumnos motivados...Luego, nos encontramos con los maestros que abren un nuevo camino y son tan respetables como los anteriores… Y aquí está la palabra clave “respeto”...Yo respeto tu metodología, tus trabajos y tus creencias y tú respetas mis metodologías , mis trabajos y mis creencias y si quieres compartimos, cooperamos y nos beneficiamos.

Por lo tanto , el problema no está en la heterogeneidad del profesorado respecto a sus metodologías y creencias, pues habiendo respeto, siendo emocionalmente inteligentes (lo que supone tener desarrolladas una serie de competencias interpersonales e intrapersonales), la convivencia y ,quizás, el aprendizaje y el enriquecimiento mutuo está garantizado.

De hecho, esto mismo ocurre en las aulas : el proceso educativo se debe abordar desde la heterogeneidad ya que la sociedad en la que vivimos es plural. Cuando hablamos de igualdad hablamos del derecho de cada persona para escoger ser diferente y ser educada en la propia diferencia. Nuestro objetivo como docentes debe de ser respetar las minorías, bien por razón de su nivel de aprendizaje, o por su procedencia étnica y lograr que dichas minorías alcancen un nivel académico.

Si tenemos muy clara la teoría en lo que se refiere a los alumnos,¿ cómo que esta misma teoría falla al aplicarla entre compañeros? Es un mismo fractal de realidad… “Nuestro objetivo como docentes debe de ser respetar las minorías…” ya sean alumnos o compañeros y sin entrar al trapo de quien es mayoría o minoría si los innovadores o los tradicionales… ¿Cómo podemos educar en estructuras heterogéneas si no somos capaces de respetar las creencias diferentes de un compañero?...

Volviendo al tema de hoy, lo que me preocupa y me entristece, no son los factores antes mencionados, sino los emails en los cuales me exponéis que os sentís “atacados” por compañeros tóxicos que sabotean vuestros proyectos de innovación en el aula, os juzgan y os critican por motivos varios entre ellos la envidia, la baja autoestima y el complejo de inferioridad que sufren...Porque una cosa es, como maestro, tener creencias diferentes o no querer salir de la zona de confort y otra cosa es boicotear el trabajo de un compañero que apuesta por otras metodologías e intentar manchar sus logros , su reputación, su brillo…

Siento una especial empatía por este tipo de profesorado que brilla y al que quieren “apagar” y me gustaría dar un doble enfoque a este tema: Un enfoque para el maestro tóxico/envidioso y otro enfoque para el maestro innovador/víctima, con el fin de que ambos puedan redirigirse, reinventarse y ser felices.

ENFOQUE “A”: EL PROFESOR/A TÓXICO-ENVIDIOS@

El profesor tóxico-envidioso suele presentar, entre otras cosas , el síndrome de Procusto: Prescindir de quien sobresale. “Aquél que corta la cabeza o los pies de quien sobresale”.La incapacidad para reconocer como válidas las ideas de otros, el miedo a ser superado profesionalmente.

Si además del síndrome de Procusto nos encontramos que esta persona también tiene baja autoestima y presenta patrones de respuesta de víctima, nos encontramos ante un cóctel muy interesante pero también tenemos un “problema” : son dificilmente identificables como “manipuladores y verdugos” por el resto de los compañeros, ya suelen ser personas que se han creado una máscara social y dan el perfil de ser amables, no se suelen enfadar, manipulan dando pena de manera sutil, parecen frágiles y “pobrecitas”... Por lo tanto, si las desenmascaras el “malo “ eres tú. Con esto no quiero decir que sean malas personas ni que todas las personas amables y cálidas sean manipuladoras. Explícitamente me refiero a las personas , las cuales su falta de madurez emocional las ha llevado a crearse una máscara social con la que manipulan al resto de personas para conseguir reconocimiento ( que es justo lo que envidian de la persona hacia la cual proyectan su ataque, ya que les recuerda su complejo de inferioridad y sus ganas de ser reconocida).

Si eres este tipo de profesor/compañer@ con síndrome de Procusto, sintiendo envidia, sintiéndote inferior, desgastándote en manipular la realidad, criticando a tus compañeros, intentando sabotear sus proyectos para no sentirte inferior...Lee, estate atent@, puedes elegir cambiar y ser feliz.

“Lo que dice Juan de Pedro, dice mucho más de Juan que de Pedro”.

Cuando haces un cambio de paradigma la idea es pasar de la envidia a la acción. En vez de dejarte arrastrar por las envidias y los juicios, que eso dice mucho de tu lado oscuro y de tus “miserias”, admira… Admira aquello que envidias.

Aprovecha el mensaje, la información que te da la envidia : la envidia te da información acerca de quién puedes llegar a ser, pero que a día de hoy no eres.

Aquella persona que envidias te está dando información de aquello pendiente de florecer en ti. Aprovecha el mensaje, en eso consiste ser emocionalmente inteligente, en saber leer las emociones y los sentimientos sin dejarnos arrastrar por ellos. La envidia señala la dirección de tu potencial. Se trata de coger ese reflejo que te ofrece el espejo y , en vez de usarlo para ir al “lado oscuro”, úsalo para ensalzarte, empieza a admirar… Admirar que alguien tenga el valor de ser él mismo, de ser auténtico, de salir de la zona de confort, de expresar o de decir algo que se sale del camino trillado por el que va la mayoría. Empieza a admirar eso, porque cuando empiezas a admirar a alguien empiezas a nutrirte de esa energía y a estar más cerca de tu proceso de florecimiento.

¿Quién busca reconocimiento? Las personas que no se reconocen a sí mismas. Autoconocimiento: Empieza a verte en el otro para conocerte más a ti mismo. (Borja Vilaseca).

ENFOQUE “B” EL MAESTRO INNOVADOR/VÍCTIMA

Si eres de los maestros que te sientes víctima de algún compañero tóxico, estate atento: Enciende el mundo.

“...Cada vez que una persona brilla, no se nos advierte de su grandeza, sino de la grandeza de todos los hombres. Cuando Edmund Hillary, por ejemplo, alcanzó la cumbre del Everest, no mostró su superioridad sobre el resto de los mortales, sino que abrió camino de posibilidad para que otros pudieran realizar su misma hazaña. Por ese motivo, quien atenta contra la brillantez de una persona - sea en la forma que sea- , lo hace contra la brillantez de toda la humanidad.”

“Los grandes saltos en la historia han sido consecuencia de un acto de rebeldía. Cada vez que un pueblo ordenaba construir una muralla que cercara su ciudadela, una parte del mundo se resentía; por el contrario, cuando alguien decía “Traspasemos aquella colina”, el mundo entero avanzaba. Nada de lo que hoy nos rodea sería como lo conocemos de no ser por personas que decidieron desmarcarse y actuar sin esperar la aprobación o el permiso de los demás. “Si se le hubiera preguntado a la gente qué querian, me habrían dicho que un caballo más rápido”, declaró el revolucionario Henry Ford. Evolucionar implica siempre dar un paso fuera de la manada”.

“En un mundo lleno de interacciones y conexiones, no es fácil proclamar nuestra individualidad y , mucho menos, destacar. ¿Cuántas manos no se levantan en clase aún sabiendo la respuesta? ¿Cuántas malas miradas a quien quiere subir nota? Por lo general, no gusta ni lo muy bueno, ni lo muy malo, gusta lo igual. Mostrar un talento constituye muchas veces una amenaza para nuestra continuidad dentro del grupo, lo que provoca que en lugar de actuar utilizando todo nuestro potencial, acabemos por situar nuestros talentos a la altura de la media.” (...) Existe la creencia de que un excesivo éxito podría ofender y generar envidias en los demás y que, por tanto, lo mejor es permanecer agazapado...Supera y resuelve esta creencia.”

“Si tu grupo mata tu singularidad, aniquila tus ilusiones o reduce tus capacidades ,entonces no era tu grupo. Parte en paz”.

“Nunca pidas perdón por mostrar tus talentos. Cada vez que brillas iluminas un camino por el que otros - quienes sepan verlo- transitarán.”

Geniales frases, geniales ideas de Pablo Arribas, extraídas de su libro “El Universo de lo Sencillo, el cual os recomiendo sin ninguna duda.

..Y dime, ¿ Te encuentras un poco mejor después de leer ésto? ¿Puedes entender cuál es tu papel en ese colegio?

Evidentemente, puedes decirme que sí , después de este chute motivacional, pero también puedes pensar “¿Tengo que seguir aguantando a los “tocapelotas” que me quieren hacer de menos?.

La respuesta es “no”, puedes irte… La respuesta es “no” , autoafírmate y date respeto, la respuesta es “no”, puedes salir del papel de víctima que has elegido. La respuesta es “no”, observa si estás preso de creencias irracionales y conviértelas en racionales.

Las creencias irracionales son todos aquellos pensamientos que crean malestar y debilidad emocional. Son perjudiciales para nosotros pero aún y así las mantenemos y las defendemos públicamente. Estas creencias son así, por algún motivos nos aferramos a ellas. Son ideas autopresionantes y son superexigencias.

Albert Ellis, el padre de la psicología cognitiva, estableció una clasificación de todas las creencias irracionales que puede haber y que clasificó en tres grupos :

  1. ¡Tengo que hacer las cosas bien siempre!

  2. ¡La gente me tiene que tratar bien!

  3. ¡El mundo tiene que funcionar de una manera correcta!

Fijémonos que son ideas absolutistas cargadas de presión y de una absurda lógica de obligación.

Si racionalizamos estas ideas, si las convertimos en creencias racionales podríamos pensar de una manera parecida a ésta:

  • Para ser feliz no hace falta hacerlo TODO bien sinó con amor.

  • No necesito que TODOS me traten bien SIEMPRE.

  • El mundo nunca ha funcionado perfectamente, y aún así, muchas personas han conseguido disfrutar de la vida. Yo también puedo hacerlo.

Me doy permiso para decirte que te apasiones por tus proyectos, por dar lo mejor de ti y por hacer y dejar, con tu contribución , un mundo mejor, pero desapégate de la idea de que para hacerlo necesitas de la idea que la gente te trate bien, que no te envidie, ya que como ves es algo irracional y además, no lo necesitas. Provoca incomodidad y enfado que te traten mal , te quiten prestigio o no te reconozcan pero aprovecha toda esta energía para continuar con tu pasión, si no es ahí, en otro sitio. No necesitas sentirte aprobado por nadie que no sabe lo que vales (lee la fábula del final)… Niégate a creer que tu vida es infeliz ! Es cierto que hay cosas que no funcionan bien, pero no te impediran ser feliz. Educa tu mente! Sal de las “terribilizaciones”, de los “deberias de”, de los “no puedo soportarlo”, sal del papel de víctima ¿ o no tienes bastante con convivir con las víctimas/envidiosas/tocapelotas? ...Redacta tus pensamientos en clave racional:

  • Me gustaría que mis compañeros de trabajo no se dejaran manipular por opiniones subjetivas e irreales hacia mi persona , pero el mundo no se acaba aquí.

  • No me gusta que la persona/envidiosa/víctima busque reconocimiento quitándome a mi el mio, pero no gano nada dramatizando. Este defecto no la convierte en un demonio.

  • Por otra parte, hace falta que todos los compañeros de trabajo, incluso ella, me apoyen?

  • Muchos personas (cientícos, cantantes, médicos, abogados…) no han sido reconocidas en su tierra pero sí fuera de ella…¿Será que el mundo es así y no como yo quiero que sea?.

Ten claro cuáles son tus valores, rodeáte de personas que tengan tu misma visión de vida, defiende públicamente tu posición y deja las cosas claras.

Sigue tu brújula interior, persevera, no escuches a tus emociones desbordadas ( y , me repito, las desbordadas), y sigue enfocado en el camino que quieres seguir. Ten la mente clara, edúcala : “Lo que empiezas, lo acabas” y “lo que dices que haces, lo haces”.

Te propongo que hagas algo muy importante también, en tu escuela, con tus alumnos...Enséñales a cooperar, a fortalecer su autoestima, a desarrollar sus habilidades interpersonales e intrapersonales, a ser solidarios, a darse valor...Sólo así será posible que nuestra generación sea de las últimas que vivan junto a personas tóxicas.

Y...Si en algún momento te sientes desorientado sobre tus metas futuras, puedes elegir el camino que te da más miedo. Nuestros grandes temores escogen nuestros mayores deseos.

Y , para quitarle misticismo al asunto, y no acabar con una frase bonita pero que es un poco complicada de aplicar, te digo que si tienes que enviar a esa persona a hacer puñetas y desenmascararla, ¡hazlo!, alguien le tendrá que decir , ya que por ella misma no lo ve claro, que atacar la brillantez de una persona es atacar la brillantez de toda la humanidad. Quédate tranquil@ y respira … A veces, respetarnos a nosotros mismos empieza por ahí, no hace falta ser asertivos siempre, tenemos derecho a enfadarnos y expresar nuestro enfado de la manera más ecológica posible.

Os dejo con esta fábula :

El verdadero valor del anillo

-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento, muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- Y haciendo una pausa agregó -Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-E..encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas. – Bien- asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó -Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En su afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación. – Maestro – dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

- Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. Quién mejor que él, para saberlo. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo: – Dile al maestro, muchacho que si lo quiere vender ya, no puedo darle más de 58 monedas de oro por su anillo.

- ¡¿58 monedas?! -exclamó el joven.

- Sí, replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… Si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

- Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

eva.innovacioeducativa@gmail.com

Vamos juntos...

Doy las gracias y honro, así , a través de este artículo a las enseñanzas de Rafael Santandreu, Pablo Arribas y Borja Vilaseca. Gracias por estar presentes y ayudar ,en los vaivenes de la vida, a través de vuestros libros .

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