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Educar sin castigos...Sí, ¡se puede!

Educar sin castigar

LLevaba tiempo queriendo escribir un post respecto a este tema puesto que se hace urgente el cambio en este sentido y porque es apasionante vivir el proceso de este cambio, que personalmente me ha costado muchas lágrimas , puesto que hay que ser conscientes que no se puede cambiar de paradigma de un día para otro , pero también me ha aportado muchas satisfacciones y un poder decir :”Sí , se puede educar sin castigos”.

Educar en el respeto se convierte en la línea que nos encaminará hacia valores como la paz, la confianza, el compañerismo, la igualdad...Valores que decimos transmitir y queremos transmitirlos, paradójicamente, castigando o pegando…

Hay muchas personas que han escrito sobre este tema y reflejan con una exactitud pasmosa todo aquello que pienso...Así que si ya está escrito , y muy bien argumentado, no seré yo quien invente la rueda, pero sí puedo difundir esos artículos y compartirlos con quienes, como vosotros, estáis interesados en crecer.

Así que ,a nivel personal , qué puedo aportar? Una vez que acabéis de leer este post y los artículos compartidos (son maravillosos, no dejéis de leerlos) si os parece de interés, me gustaría que volviérais AQUÍ, a mi pequeña aportación, ya que tanto si eres profesor, padre, madre, psicólogo, médico,etc., una vez leído el post y los artículos puede surgir la pregunta “¿Y ahora qué? ¿Y ahora cómo? y sobre todo puede surgir un sentimiento de culpa importante y como sé que la mayoría no hemos sido enseñados para saber para qué sirven las emociones y los sentimientos pudiendo así “abrazar” la culpa, captar su mensaje y ponerse a la acción, sólo puedo decir que Sí se puede educar sin castigar, que sí se puede salir de ese sentimiento de culpa, que los beneficios son infinitos, que el camino no es fácil cuando llevamos tantos años, siglos, rigiéndonos por otro patrón, que caeremos en el antiguo patrón muchas veces aunque nos hayamos propuesto el objetivo de educar sin castigar, pero que si sabemos perdonarnos a nosotros mismos, creer que el ensayo y el error forman parte del aprendizaje, enfocarnos de nuevo en nuestro objetivo y no culpabilizarnos porque acabamos de perder los nervios y hemos vuelto a castigar, entonces disfrutaremos del camino, de otra manera de Ser y de Ver y de la satisfacción de contribuir a un mayor bienestar personal y por ende , social.

Personalmente, he necesitado 3 años para conseguir educar sin castigar, y alguna vez que otra caigo en antiguos patrones, pero con la alegría de poder contar que cada vez son menos las veces. El truco entonces está en focalizarte en el objetivo y practicar, practicar , practicar ... aflojar nuestra exigencia de querer conseguir ese objetivo en un día. Se requiere Firmeza,constancia y creer que el objetivo es digno de ser llevado a cabo.

Se requiere de autoconocimiento , de conocer y saber regular nuestras emociones (si es que pretendemos entender las emociones de los niños, primero habrá que empezar por entender las nuestras) ya que serán las emociones las que nos envuelvan si decidimos “desaprender” y aprender a educar bajo un nuevo paradigma. Si, en un momento dado de tu desaprendizaje, en el que decides educar sin castigar, surge el enfado, la impotencia, pierdes la paciencia, gritas, surge el asco y la ansiedad y no sabes para qué aparecen estas emociones, cuál es su ,mensaje y cómo regularlas, puedes fácilmente volver al antiguo patrón, a lo que has vivido, a la cueva donde te sientes seguro/a porque “siempre se ha hecho así y no ha ido tan mal la cosa”...Pero esta decisión no te dará consuelo ni te servirá de mucho, porque las emociones vuelven a coger terreno y , lo que no has podido gestionar antes , regresa en forma de remordimiento y frustración por no haber conseguido tu objetivo y haberlo abandonado, de haber “fracasado”, con lo que el sentimiento de culpa se hará presente y tu autoestima bajará de manera inmediata.

Se hace crucial reorganizar, entonces, nuestro mundo emocional y evitar proyectar todas nuestras emociones no resueltas en nuestros niños, hijos, alumnos…

Si necesitáis ayuda en este para cruzar este puente , para poder educar sin castigar, tanto seas profesor/a, padre, madre, persona, escríbeme a eva.innovacioeducativa@gmail.com. Te acompaño en el proceso. ¡Vamos juntos!

Antes de continuar, quisiera hacer un pequeño inciso y decir que educar sin castigos no significa “libre albedrío” , o “sálvese quien pueda” ni que los niños hagan “ lo que les de la gana”. Educar sin castigos implica poner límites pero sin la obediencia a través del miedo.

No necesitamos premiar o castigar a a nuestra pareja, a nuestro compañero de trabajo, a nuestros padres…¿Por qué sí a los niños? Sería un escándalo, a la vez que un delito, pegar a nuestra pareja, a tus compañeros de trabajo o a tus padres…¿Por qué, entonces, sí se puede pegar a los niños en el nombre de “la educación”? Aún sufrimos los vestigios de épocas pasadas en las que, en nombre de Dios , se justificaban los crímenes más cruentos y este paradigma lo hemos extrapolado a la educación, preguntad sinó a vuestros padres de qué manera “en nombre de la educación”, eran castigados , humillados y educados en el miedo .Creo que hoy en día, metería las manos en el fuego y no me quemaría, afirmando que no creo que haya profesores que peguen a sus alumnos pero sí se sigue castigando y humillando “en nombre de la educación”. Es decir, seguimos potenciando la obediencia a través del miedo, y el miedo no educa, el miedo daña el equilbrio emocional.

No es un paradigma sencillo de cambiar, llevamos muchos años subyugados a él pero sí se puede y no me cansaré de repetirlo.

Todo aquél que crea que tal y como lo está haciendo ahora ya lo está haciendo bien, lógicamente seguirá haciéndolo igual y si alguien se descubre después de leer este artículo, y otros tantos , que lo está “haciendo mal”, sólo tiene que hacerlo mejor a partir de ahora, e insisto, sin culpas. El pasado no se puede cambiar, de nada sirve llorar por la leche derramada, pero lo que vamos a hacer a partir de ahora sólo depende de nosotros (Carlos González. Pediatra).

Nuestra sociedad necesita de ciudadanos maduros, donde se supere este déficit de órdenes jerárquicos, y se genere una libertad fraternal en la que ni se impone, ni se delega ; se participa.(Koldo Saratxaga). Así que, lo más conveniente es educar personas, que entiendan desde bien temprano que es el respeto, la reciprocidad y esa empatía construída a través del afecto sincero, pues aunque parezca sorprendente , educar niños obedientes no trae como resultado dar al mundo niños felices, puesto que la obediencia se consigue casi siempre a través del miedo.

Porque…¿Nos hemos parado a pensar qué conseguimos que aprendan los niños a los cuales castigamos?

Los niños/as a los que se ha castigado aprenden a esconderse y a hacer trampas, a mentir y a ocultar lo que hacen para que no se les castigue, por lo tanto no aprenden lo que tienen que hacer sino que reaccionan para evitar un castigo, y el castigo es un modelo desagradable , vengativo y crea dependencia (Carme Thió).

¿Por qué los castigos a los niños no sirven para nada?(Olga Carmona)Hace 50 años se castigaba mirando contra la pared, con orejas de burro o incluso sosteniendo libros en cada brazo. De un tiempo a esta parte la moda es obligar al niño a sentarse a pensar. Y yo me pregunto… Acaso con esta nueva moda no estamos dando el mensaje de que pensar es un castigo?.

Nuestra sociedad evoluciona hacia leyes más civilizadas, democráticas y respetuosas con los derechos humanos y hoy por hoy, muchas formas de castigo que se usaban antes serían constitutivas de delito. Sin embargo, las sociedades cambian antes sus leyes que sus mentalidades. Hacen falta varias generaciones para erradicar una forma de pensamiento. Hoy se utilizan formas de castigo menos aversivas pero cuya base de que el castigo es educativo, que el adulto es superior, que el castigo transmite autoridad, que la disciplina sólo puede conseguirse a través de éste y que si no sometemos convenientemente a los niños, serán sujetos desadaptados y peligrosos. Creencias que dibujan el perfil de una sociedad profundamente adultocentrista, que lleva siglos instalada en el paradigma del premio y el castigo como únicos vehículos de aprendizaje y cambio.

La clave: el adulto que se cree superior al niño… Buena idea para un siguiente post. Os dejo con los enlaces para que podáis seguir leyendo de forma completa lo que aquí he plasmado de forma resumida y dar a conocer también, de esta manera, a toda una serie de profesionales que preceden a todos los que creemos viable el cambio y viajamos ya en ese barco. Desde aquí , agradecerles toda la información que nos proporcionan y la alegría de saber que somos muchos los que creemos en una sociedad del bienestar y que ¡Vamos juntos!.

Eva Carrillo. eva.innovacioeducativa@gmail.com

http://eresmama.com/educa-respeto-no-la-obediencia-del-miedo/

http://www.eldiario.es/norte/euskadi/haciendo-mercenarios-educamos-jovenes-cambio_0_282422124.html

http://www.jugarijugar.com/es/article/2185-los-ninos-y-ninos-a-los-que-se-ha-castigado-aprenden-a-esconderse-y-a-hacer-trampas

http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-castigos-ninos-no-sirven-para-nada-201606091359_noticia.html

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