Repensar los espacios en el aula (facilitadores emocionales).
REPENSAR LOS ESPACIOS EN EL AULA.
Llevaba un tiempo visualizando el aula de manera diferente y pensando también en cambiar cosas como las rutinas escolares ( que me parecían aburridísimas y habían perdido todo el objetivo pedagógico) , la colocación de las mesas (ya que ocupaban casi toda la clase, y las sillas chocaban unas contra las de la mesa de al lado, la disposición de la zona de juego que era mínima. Buscaba estos cambios y generar dentro del aula más espacio vital de encuentros y juegos , una zona de descanso y una zona para rincones de trabajo, con el objetivo de maximizar las posibilidades de un aula pequeña y de motivar a los alumnos con los nuevos espacios que quería generar.
Todas estas visualizaciones , soy ahora consciente que estaban bajo el gorro de la resiliencia, bajo la capacidad de volverme a poner una meta y darle un sentido a mi vida después de pasar una dolorosa enfermedad, de no querer saber nada de la que durante años había sido mi vocación. Con valentía , coraje y optimismo quise volver a ser maestra, volver a trabajar bajo una nueva meta en la que se avecinaban cambios.
Me quedaba la duda si los niños también querrían ese cambio o si esas rutinas ( y todo lo que quería cambiar) les daban seguridad .
Los mismos alumnos me sacaron de dudas haciéndome partícipe de sus pensamientos (no hay nada mejor que preguntarles a los verdaderos protagonistas , los niños, cómo es el tipo de aula en el que les gustaría estar) ,y a la semana siguiente me puse el “gorro de la creatividad” aprovechando la fuerza de esos comentarios y la reafirmación de mis nuevas creencias, para ponerme manos a la obra y cambiar todo aquello que tanto a mi como a mis alumnos nos resultaba aburrido y poco provechoso.
El aula de P5 es pequeña y tengo un grupo de 27 alumnos. Pasar con comodidad entre las mesas e intentar que las sillas de unas mesas no se chocaran con otras era una utopía pero hacía falta un cambio, aires nuevos. Me quedaban dos semanas para volver a trabajar y yo ya no era la misma , ni mi manera de enseñar iba a ser la misma, así que necesitaba que el entorno, el aula, fuera el reflejo externo de mi cambio interno.
A través del “gorro de la creatividad” y de cuestionarme qué podría hacer de diferente o qué pasaría si pensara como una persona verdaderamente libre, diseñé un nuevo espacio escolar para P5. Las mesas de los niños las iba a juntar y a poner en forma de U (todavía no he visto esta distribución de las mesas en forma de U en ningún colegio y tiene muchas ventajas), cambiaría mi mesa de profesora hacia un hueco muerto que no era aprovechable para jugar ( y pensando para el curso que viene hacer desaparecer mi mesa definitivamente)...Con todo el espacio que estaba haciendo con esa simple distribución, había sitio para jugar dentro de la clase, para sentarnos en círculo (antes era inviable)y provocar encuentros, para poner rincones de juego y de trabajo libres a los que podrían dirigirse después de desayunar o cuando acababan las actividades grupales, e incluso salió un bonito rincón de biblioteca/descanso donde tumbarse a leer un cuento.
Las rutinas de cambio de encargados, pasar lista y el tiempo también cambiaron. Normalmente el cambio de encargados lo hacía la tutora (sin participación de los alumnos) pero diseñé unos cuadros de doble entrada en los que los que los niños y niñas de cada mesa podían elegir a sus propios encargados y ver quien ya había tenido un cargo la semana anterior y así no repetir.
La actividad de pasar lista, que anteriormente se realizaba con los niños sentados en la mesa y uno pasando lista (una lista cuyos nombres, por su tamaño,era imposible que fueran vistos por las mesas más lejanas, lo que propiciaba la desconexión de los alumnos) se cambió por sentarnos en círculo o en doble fila delante de la lista e irnos diciendo los buenos días añadiendo mensajes positivos de cada uno de los niñ@s, con lo que así ganaban en autoestima y los abrazos empezaban a ser más numerosos que las peleas.
Y la actividad de “qué tiempo hace hoy”pasó a ser la actividad de “qué tiempo hace por dentro de nosotros”.
Los niños estaban entusiasmados con su “nueva” aula, tenían más espacio para jugar y más tiempo para acceder a los juegos. Aprovechando este arranque de creatividad y contagiada por el entusiasmo de los niños empecé a diseñar juegos (con material reciclado) para los rincones de trabajo que les facilitara el aprendizaje de sumas , restas y seriaciones numéricas. ¿De qué me doy cuenta? ( gracias al uso de estos facilitadores) :
● De que puedo coger las riendas de mi vida.
● De que soy responsable de lo que pienso y hago ( y no víctima de las circunstancias).
● De que puedo generar cambios para mi propio bien y el bien de los que me rodean .
● De que siempre hay una primera vez y esa primera vez la puedo generar yo.
● De que una vez te conectas con la creatividad generas más creatividad.
● De que puedo aportar más ideas y mejoras en cualquier situación.
● De que puedo resolver problemas e inconvenientes.
● De que he contribuido a mejorar mi autoestima aprovechando los facilitadores de creatividad y resiliencia.
● De que he generado automotivación en mí, gracias a estos facilitadores, y en mis alumnos.
Y todo esto no ha sido más que el principio...
Adjunto algunas fotos de algunos de los cambios hechos .
El plano A es la clase tal cual estaba:
Pocas y pequeñas zonas de juegos . Las mesas ocupaban la clase, las sillas chocaban contra otras sillas, y los niños del final les quedaba lejos la pizarra. Con esta distribución de las mesas 4 niños estaban totalmente de espaldas a la pizarra. Hay una zona muerta ,zona pequeña para jugar más de 4 niños y ,en el caso que jugaran ,los niños y niñas “impedían” jugando que el armario se pudiera abrir con facilidad y comodidad (armario donde la maestra guarda sus cosas , material y programaciones y está situado a unos cuantos metros de la mesa de la profesora). Hay una zona con mesas sólo para archivadores y fichas de la maestra. No hay zona para tumbarse a leer o a relajarse.
El plano B es el cambio, la clase tal cual está ahora:
Distribución de mesas en forma de U que propician encuentros en pequeños grupos , gran grupo. facilidad de movimiento entre las mesas. Las sillas ya no chocan con otras sillas. Sólo 2 niños estan de espaldas a la pizarra pero tan solo a dos metros de distancia de ella. Se generan nuevos espacios de juego, de descanso y de trabajo, cambiando algunos muebles de sitio. La zona muerta desaparece al ubicar allí la mesa de la profesora con el “armario de la profesora “ detrás. La zona de archivadores y fichas de la maestra se convierte en una zona de rincones de trabajo libres.
DESPUÉS: Fotos de la nueva zona de rincones de trabajo (antes ocupada por mesas con ficheros de la maestra), algunos con material hecho por mí, foto general donde se puede ver todo el espacio que queda para jugar , para conversar y para encuentros, foto de la zona de biblioteca, foto del trabajo en la nueva distribución de mesas… Esta nueva distribución de mesas permitía, además , poder volver a la distribución “tradicional” si en algún momento dado, la actividad a realizar requería una anchura de mesa determinada. El día que necesitaba cambiar la distribución de las mesas, los niños se encontraban dibujado en la pizarra un plano dibujado con la distribución de mesas que se requería para esa actividad y era asombroso ver cómo eran capaces de situarse en el espacio y de trabajar en equipo para conseguir, entre todos, hacer realidad la distribución propuesta en el plano de la pizarra (y volver a dejar las mesas como estaban una vez acabada la actividad).
Imagínate qué eres absolutamente libre… ¿A qué aspectos del aprendizaje quieres dar importancia? ¿Qué espacios necesitas para llevar a cabo tu metodología? Si fueras un niño o una niña…¿Qué tipo de aula te gustaría encontrar?
Sueña, ilusiónate, saca tu adolescente interior, “ ponte el gorro del facilitador” que necesites ( ¡ usa los facilitadores emocionales!) , visualiza, escribe y ¡ pasa a la acción!. ¿Quién puede impedirte ser el docente que quieres ser?
Vamos juntos…
Eva Carrillo. Innovación Educativa.
“Podemos definir un facilitador emocional como el resultado de una línea de pensamiento, que desarrolla una propensión, a generar un bienestar emocional que multiplica nuestras capacidades y hace efectivas nuestras conductas, una efectividad que no tiene otro interés que hacernos sentir bien”.
Dos facilitadores emocionales, entre otros , escogidos para esta experiencia:
La creatividad y la resiliencia.
Creatividad: Nos permite desarrollar cosas que no existen, ideas que no se han puesto en marcha e incluso puede ayudarnos a resolver situaciones adversas y dificultades de una forma diferente y original.
Resiliencia: Según la RAE, es la capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas.