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Los beneficios del feedback constructivo. Una experiencia en 5to de primaria.

En este post me encantará explicaros y compartir la experiencia de cómo se generó automotivación en los alumnos de 5to , después de recibir feedback, en un ejercicio para trabajar la descripción en la asignatura de castellano.

Cuando subí esa mañana a 5to para trabajar , durante una horita , junto con el profesor de castellano la empatía, el respeto, automotivación…, vi que los niños estaban leyendo unas descripciones que previamente habían realizado en casa.

En esa actividad se proponía la descripción de 4 fotos (sólo la cara): foto A, B,C, D. Los niños tenian que describir, por escrito, ,la forma de los ojos, de la nariz, la forma de la cara y el pelo. Los posibles adjetivos de cada una de las partes a describir ya los proponía la actividad. Es decir, si tenian que describir los ojos del niño o niña de la 1ra fotografía, las opciones propuestas eran : almendrados, redondos, saltones, rasgados…, y se suponía que uno de los adjetivos era el correcto.

Alumno tras alumno iban leyendo su descripción. El ambiente de la clase era tranquilo, pero la cara de muchos reflejaba que no estaban ahí, “presentes”. Estaban callados pero sus mentes divagaban. Había silencio pero no había ni “chispa” ni “creatividad”. Es lógico,¿no ? “Mientras “fulanito” y “menganito” leen su redacción qué buen momento para divagar e imaginar . Ya leeré cuando el profe diga mi nombre. MIentras esté callado y tranquilo puedo desconectar”. Es probable que fueran esos pensamientos los que pasaban por la cabeza de muchos de ellos. Poneros en su lugar, ¿acaso nosotros no haríamos lo mismo en una situación similar?¿Acaso no lo seguimos haciendo?.

Víctor, el profe de castellano de 5to es un profesor joven, con ilusión, con facilidad para improvisar o dejar que improvisen, con el que se puede cooperar y trabajar codo con codo. Así que aproveché estas cualidades que vi en Víctor y me sentí en total confianza para improvisar, así que , cuando todos los niños acabaron de leer las 4 dscripciones de las 4 caras, A,B,C y D, propuse a los niños lo siguiente:

-”Bien, ahora vamos a describir la cara E ( señalo a Víctor) y la cara F ( me señalo a mi misma)-.

Enseguida, muchos a muchos de ellos les empezaron a brillar los ojos y a moverse de manera inquieta en la silla. Empezaron a anirmarse, cosa totalmente lógica, pues no es lo mismo describir 4 fotos vistas en un libro que a alguien real, y mucho mejor si encima es tu profe!.

Fue curioso observar, como de golpe, empezaron a mirar a Víctor como si nunca lo hubieran visto. Le veían casi cada día, pero nunca se habían fijado en sus rasgos faciales, ni siquiera por iniciativa propia después de haber hecho las descripciones de las caras propuestas en el libro. Lo que me lleva a pensar que todos aquellos ejercicios, actividades, aprendizajes que no se extrapolan a la vida real, no sirven para mucho. Los niños habían hecho su ejercicio para “aprender” a describir, habían sido más o menos acertados con las descripciones, pero luego no lo aplicaban a la realidad, no les activaba ninguna curiosidad el hecho de fijarse y describir los rasgos de una persona a través de las fotos del libro. Hicieron el ejercicio porque había que hacerlo, o por miedo a la represión o al castigo y poco más. La explicación teórica no había provocado curiosidad . La idea es que una actividad provoque la pregunta, el interés y la motivación en el niño, y esa actividad propuesta en el libro sólo provocaba respuestas, y además respuestas “enlatadas” en las que el alumno ya se encontraba con los adjetivos (4 o 5) a escoger. Hay que provocar desde el cerebro del que aprende y no desde el cerebro del que enseña…¡Tú ya te lo sabes!.

La prueba de que esto es cierto la teníamos delante de nuestras caras. Los niños y las niñas miraban a su profesor como si nunca le hubieran visto. Empezaron a fijarse en sus rasgos, a comparar respuestas, a compartir adjetivos...Se montó un poco de revuelo con el ejercicio propuesto, ya que generar entusiasmo y curiosidad es lo que tiene, que los niños se activan. A veces, el profesor/a confunde estos estados con la “ pérdida de control de su clase”, y nada más lejos de la realidad.

A través de la descripción oral y real de la cara de su profesor, pudimos hablar y reflexionar sobre la subjetividad de una descripción y sobre las “etiquetas” y el daño que podemos ocasionar a otra persona cuando la describimos de manera irrespetuosa. Aprovechamos también la situación que se estaba generando para reflexionar si somos objetivos al decir que una persona es guapa o fea y de qué depende esa mirada nuestra.

Si no se hubiera generado la curiosidad tras la sorpresa ( dos de las tres emociones indispensables para estudiar y para aprender), si no se hubiera activado la pregunta , todo ese aprendizaje en el que se pudo reflexionar y ponernos en la piel del otro, en el que se pudo cambiar la mirada hacia el otro, habría sido imposible.

Una vez más, no hace falta ir en contra de los libros de texto, ni de los ejercicios que proponen, sinó sacarles partido, ser creativos, saber de dónde partimos y hacia dónde queremos llegar y aprovechar todos los recursos que como profesor puedes aportar a tus alumnos.

Al acabar de describir al profe Víctor les dije “ Y ahora haréis la descripción “F” (me señalé a mi misma)pero como ya se ha acabado mi ratito con vosotros tendréis que usar la memoria…”, y me fuí. Escuché, mientras cerraba la puerta, un “nooo, esperaaaa, que no te hemos mirado bieeeen”... Caminaba por el pasillo y ya , a lo lejos, seguía escuchando “pues ya buscaré una foto de ella “, “pues cuando salga al patio me fijaré”... Qué curioso, pensé yo...Me conocen desde que tienen 3 años y no tienen claro mis rasgos, les faltan herramientas para describir, y eso que estaban estudiando eso precisamente, las descripciones...Seguí caminando por el pasillo y me reía yo sola mientras bajaba las escaleras. Sonreía por haberles dejado activos, ¡con la curiosidad puesta en marcha!.

A la semana siguiente, mismo día , misma hora, cuando entré en la clase de 5to , vi un brillito especial en los ojos de los niños y sonrisas...Miré al profe Víctor como queriéndole decir “¿Pasa algo?”, y Víctor enseguida habló y dijo en voz alta: - “Eva, los niños y las niñas de 5to han hecho tu descripción y quieren leértela y enseñártela”-. Yo me quedé asombrada pues pensé que mi descripción la harían de manera oral , o mental , sin escribirla… Cierto es que, durante esa semana, cuando me veían me paraban y se quedaban mirándome fijamente...Y ahí estaban, con unas ganas tremendas de leer cada uno su descripción (ganas que no salieron a flote cuando leían la descripción de las fotos del ejercicio de la semana pasada), y yo con la piel de gallina por la sorpresa y la alegría que me daba verles motivados, no a todos, pues 3 no quisieron , no pudieron , se les olvidó o no les interesó hacer la descripción.

Cada vez que cada uno leía su descripción les agradecía el ratito que habían dedicado para hacerla. Pienso que es muy importante agradecer a los alumnos su trabajo hecho bajo esa motivación, pues podía haber decidido no hacerlo, y agradeciédoselo su descripción cobra sentido y tiene un “para qué”. Por mi parte, también les expliqué cómo me sentía al ver que habían dedicado una parte de su tiempo a hacer esa descripción, en la que muchos de ellos habían puesto su mejor esfuerzo utilizando títulos de colores y buena presentación. Pienso que si queremos que nuestros alumnos tomen conciencia de sus emociones y también de las de los demás, el maestro/a debe de formar parte también de ese objetivo y de la actividad , y al igual que se le pide al alumnado, debe expresar cómo se siente.

No había tiempo para leer todas las descripciones, cosa que les provocaba disgusto, así que les pregunté si me las podía llevar para leerlas y les dije que les escribiría un pequeño comentario en todas y cada una de las descripciones.

Así lo hice. Les escribí un pequeño comentario a cada uno, un pequeño “feedback” constructivo en el que pretendía agradecer su esfuerzo y , si era necesario, proponer las mejoras pertinentes como por ejemplo, una mejor presentación, el uso del bolígrafo en lugar de el lápiz, o la corrección de las faltas de ortografía. Al final del artículo os explico un poco las pautas que elegí para dar este feedback.

Al día siguiente, les hice llegar , a través de Víctor, sus descripciones con feedback incluído.

Lo mejor vendría a la semana siguiente. La hora que dedicaba a 5to se pasó a 1ro, y cuando llevaba unos 20 minutos en primero, me llama Víctor y me dice : -”Eva, ¿subes a 5to?”.

Pensé que habría pasado algo, alguna conducta disruptiva o qué sé yo lo que se me estaba pasando por la cabeza...Subí en dos minutos y cuando abrí la puerta me encuentro con que todos tienen una sonrisa en la boca y les brillaban los ojos...Me estaban esperando. El profe Víctor me recibe con estas palabras : “Eva, los niños y las niñas de 5to tienen una sorpresa para ti…”-. ¿Podéis imaginaros mi cara? ¿La aceleración de mi pulso?¿El progresivo enrojecimiento de mis mejillas?Los aspectos fisiológicos de la emoción sentida estaban haciendo fielmente su papel…¿Una sorpresa?...¿Y ahora de qué se trataba esa sorpresa?Pero, ¿no era el profesor quien tiene que sorprender a sus alumnos?

A la de tres , me enseñaron su sorpresa...Levantaron todos un folio ...Habían vuelto a hacer de nuevo mi descripción con todas las correcciones hechas después de leer el feedback…¿Podía ser posible? ¡Estaba viviendo algo maravilloso!. Niños y niñas a los que les cuesta hacer las tareas o si las hacen no cuidan la presentación, las hacen de cualquier manera y alguno ni las hace siquiera, niños y niñas que aplican la ley del mínimo esfuerzo...Estos niños y niñas habían repetido de nuevo la tarea por propia motivación, incluso aquellos que no tenian nada a mejorar en la 1ra descripción pues ya habían logrado un resultado bueno, la volvieron a hacer y se auto mejoraron a ellos mismos!!!!! La habían escrito no una vez sinó dos y por decisión propia!. Asombroso! El poder del feedback!

Miraba a esos niños con sus folios en alto y veía títulos de colores, folios blancos, buena caligrafía, decoraciones, buenas presentaciones, ilusión en la mirada, palabras en alto que decían “Eva, mira la mía , he podido mejorar y ¡ aquí te lo demuestro!”, “He sabido mejorar como me dijiste”, “Eva, mira, esta vez he conseguido hacerla a bolígrafo”...Y a todo esto añadimos sus caras de alegría, sus ojos brillantes, su impaciencia queriéndome enseñar sus descripciones todos a la vez…¡Era una clase viva!... No os podéis imaginar lo que me costó reprimir las lágrimas...De hecho, les dije que estaba muy emocionada, muy sorprendida y contenta y que no se preocuparan si se me escapaba alguna lagrimilla…

Profes del mundo…¡Os lo recomiendo al 100%! Generad en vuestros alumnos las 3 emociones que necesitan para aprender y estudiar: admiración, curiosidad y seguridad. Con estas tres emociones y generando climas de bienestar , sí que se aprende y se estudia. El cerebro necesita de la emoción para aprender , pero si aprendemos con según qué emociones difícilmente conseguiremos los resultados deseados; llevamos siglos aprendiendo y educando bajo la emoción del miedo, del asco y del enfado y así nos va (educar sin castigos, sí se puede. artículo). Con la emoción de la alegría tampoco se estudia/aprende mucho. Tener 25 niños alegres casi en euforia en clase es divertidísimo pero para estudiar no es. Ruego no confundir ni transgiversar esta información sobre la alegría.Es necesario crear climas que generen bienestar.

Desde la neuroeducación lo que sabemos es que los niños no estudian porque sienten, hacia la asignatura (y/o hacia el profesor), miedo , asco, rabia , culpa, tristeza. Por lo tanto, siempre que los niños estén en estas emociones ante la asignatura, no van a poder integrar la actividad porque el cerebro no está para eso . Si estás en miedo, el cerebro está para huir, si estás en rabia, para atacar ; si estás en asco ,está también para huir, si estás en tristeza, estás desconectado; si estás en alegría/euforia, está enajenado. Por lo tanto, el poder está en emocionarse adecuadamente (Dr. Roberto Aguado).

Os dejo unas fotos de la 1ra descripción que los niños hicieron de mí, junto con el feedback que les prometí, y fotos también del resultado obtenido después de que cada uno leyera su feedback.

Al final del artículo podéis leer qué es el feedback y las pautas para dar un feedback constructivo.

Vamos juntos…

El feedback consiste en comunicar, en forma verbal y/o no verbal, a otra persona o grupo, qué opinamos sobre su conducta, y cómo esta nos afecta.

El feedback por lo tanto, es una opinión y encierra un juicio sobre el comportamiento de otra persona. Solemos expresar nuestras opiniones, confundiendo hechos con juicios, como si fueran descripciones de la realidad, anulando así la oportunidad de que los demás opinen diferente.

Es importante, entonces, a la hora de dar feedback, cuidar nuestras palabras, ya que no deja de ser una opinión subjetiva que emitiremos del otro.

Aspectos que he tenido en cuenta para dar feedback a los alumnos de 5to:

Lo primero que me pregunté fue :- ¿Qué quiero conseguir? ¿Quiero construir? ¿Ajudar a crecer?...Entonces tendré que cuidar 3 aspectos:

  • Empatía: cómo se siente el alumno, qué necesita.

  • Cuidar el qué y el cómo.

  • Centrarme en lo que CONSTRUYE.

Centrar el feedback en la conducta de la persona y no en el “ser” de la persona es fundamental, por ejemplo, decir “ la descripción que has hecho tiene algunas faltas de ortografía”, “en vez de “este trabajo está mal hecho, eres un poco torpe”.

Ponernos en el lugar de quien va a recibir el feedback es fundamental, sobre todo si queremos conseguir motivación y cambio. Quizás había descripciones que podían parecer “mejores” que otras, pero si pensamos en el niño/a que la ha hecho, y en que para él esas dos líneas eran todo un reto porque normalmente hace una o ninguna, pues hay que valorarlo.

La técnica del “sándwich” nos ayudará también a conseguir un feedback equlibrado:

  • Se empieza describiendo un aspecto positivo.

  • Se continua valorando un aspecto a mejorar (uno o dos aspectos, no una batería de aspectos).

  • Se cierra el feedback con otro aspecto positivo mostrando nuestra confianza en la capacidad de la persona para mejorar el aspecto comentado, ofreciéndole nuestro apoyo en caso de que lo necesite.

Si no somos capaces de cuidar estos aspectos a la hora de dar un feedback, podemos generar en los alumnos emociones de enfado , rechazo, inseguridad.., y perdemos , de este modo, la oportunidad de ayudarles a crecer, además de que la relación maestrp-alumno sale perjudicada.

(Habría alguna excepción en el maestro emocionalmente inteligente, que sabe leer y regular emociones, que busca provocar enfado en un momento dado a un alumno para generar en él energía o rebeldía para salir del letargo).

Es una experiencia muy gratificante. A veces, me sorprendo a mí misma, y me emociono, al ver y sentir, en la piel y en el corazón, todos los beneficios que supone aplicar la inteligencia emcocional en el aula, en este caso en concreto: el feedback constructivo, que forma parte de la inteligencia emocional interpersonal.

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